El perro: Muere
La madre: Llora
El hijo: Anhedonéa
No en tus brazos, no en tus brazas es donde arde ver el cimbrón.
No te embarace abrogar con lacras íntimas lo que ha de tener vida.
Si al finisesserre no podés decirle: "Adepto; andaldepto", no te embarques.
Así y no con otro morpho desauguramos tal menstro, tan sangre de viejo animal postrerto.