Discos viejos de polvodolo anidan, acurrucan, apretan la pomada en el aplomante apuro de hacer pasta, de enrojecer en luces ácidas quemantes; fajas brillantes de azulada electricidad apretando, por el error, por labor, encubando oseos huevos (aves de presa y pico de pinza preparados a romper cáscara, a poner máscara) anidados en viejos discos asciáticos.
Materia aprobada, pruebas marciales de guerra en terreno interno en columnas descienden sobre mis menudencias atareadas, fijando fechos, lijando espinas para que pinchen y piquen con pinzas y picos (esperando el movimiento en falso, el falso momento de normalidades formales) al grueso doso que me sostiene a tiesas penosas a furias llenas.
Todos piden muerte o sangre o yo qué sé
Yo pido gancho
Me dan pinzazos
y me dejan tieso y sin saber
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